Hay medicamentos que dejan huella en la historia de quienes viven con problemas de colesterol y triglicéridos altos. El nombre comercial Lopid, o gemfibrozilo para los amigos médicos, ha sido parte del arsenal contra estos enemigos silenciosos desde los años 80, cuando la vida sin apps y sin smartphones parecía menos acelerada, pero el colesterol ya hacía de las suyas. ¿Sabías que alrededor del 40% de los adultos en España tienen el colesterol un poco más arriba de donde debería estar? Y no, no hace falta ser adicto a las grasas para estar en ese club. Muchos ni siquiera lo sospechan hasta que una analítica lo saca a la luz. Ahí es cuando tu médico puede mencionar una palabra curiosa: Lopid.
¿Qué es Lopid y cómo actúa en tu organismo?
Lopid, conocido también por su principio activo gemfibrozilo, pertenece a la familia de los fibratos. Si te suena a complejo químico es porque lo es. Pero lo interesante es lo que hace: ayuda a reducir los niveles de triglicéridos y colesterol malo (LDL), mientras sube el colesterol bueno (HDL). El truco está en cómo manda a tu hígado la orden de modificar la producción de grasas, acelerando la eliminación de triglicéridos a través de las lipoproteínas. Lo fascinante es que los fibratos como Lopid bajan los triglicéridos en torno a un 50% y el colesterol malo hasta un 15% en algunos casos. Eso puede marcar una diferencia brutal en el riesgo de infartos.
No todo el mundo necesita Lopid. Los médicos lo recetan sobre todo cuando la dieta y el ejercicio no bastan. Si tienes antecedentes familiares, diabetes, o si tu colesterol ni se inmuta ante los batidos verdes y las caminatas con tu perro, entonces Lopid puede entrar en acción. Mi doctora fue clara: “No es cuestión de magia, ni de tomar pastillas para seguir comiendo croquetas a destajo.” Y tiene razón. Gemfibrozilo no sustituye unos hábitos sanos, sólo ayuda a los que ya vas incorporando.
La dosis típica de Lopid suele ser 600 mg dos veces al día, preferentemente antes de desayunar y cenar. Si eres como yo y olvidas la mitad de las cosas, pon una alarma o pídele a alguien (sí, yo le pedí a Cecilia que me recuerde). El medicamento empieza a hacer efecto en pocas semanas, pero el verdadero cambio lo ves en la siguiente analítica, cuando el médico te mira con esa sonrisa de “bien hecho”.
En España, el Lopid se utiliza desde hace más de 30 años y está incluido en la Seguridad Social para quien lo necesita. Según datos del Ministerio de Sanidad de 2023, se prescribieron más de 220.000 tratamientos mensuales aquel año. La cuestión no es sólo bajar los números del colesterol o triglicéridos, sino reducir los riesgos a largo plazo. Por cada 1 mmol/L menos de LDL, el riesgo de infarto baja aproximadamente un 20% a lo largo de 5 años, según el estudio IMPROVE-IT de 2015. La prevención vale oro.
¿Qué pasa si te saltas una dosis? Nada dramático, pero toma la siguiente en horario normal. No dobles la dosis porque quieres compensar, ya que eso puede alterar el efecto del medicamento y fastidiar tu estómago. Los niños y adolescentes no suelen ser candidatos a tomar Lopid, a menos que sus casos sean de alto riesgo y lo indique un especialista.
Para quienes están cansados de términos médicos, aquí va una tabla sencilla con datos relevantes:
Punto | Dato |
---|---|
Nombres | Lopid, Gemfibrozilo |
Tipo | Fibrato |
Indicaciones | Colesterol y triglicéridos altos |
Dosis habitual | 600 mg cada 12 horas |
Inicio de acción | 3-4 semanas |
Prescripciones en España (2023) | 220.000 mensuales |
Reducción triglicéridos | 30-50% |
Reducción colesterol LDL | 10-15% |
Subida colesterol HDL | Hasta 20% |

Efectos secundarios y precauciones de Lopid
Nadie quiere leer sobre efectos secundarios, ¡pero vaya si pueden aparecer! Que no cunda el pánico: la mayoría son leves y desaparecen con el tiempo. Lo más común es notar molestias en el estómago, gases, poca hambre o algo de dolor muscular. De cada 100 personas, unas 10-20 pueden notar estas cosas, especialmente en el primer mes. Me pasó alguna vez sentir pesadez después de cenar, pero al cambiar el menú por algo más ligero, mano de santo.
Hay efectos menos frecuentes que sí deben tomarse en serio. Si notas dolor muscular fuerte, orina oscura, náuseas persistentes o tu piel se vuelve amarilla, toca ir al médico pero ya. Son señales poco habituales, pero posibles. El gemfibrozilo puede aumentar el riesgo de problemas en el hígado y los músculos, sobre todo si se toman otros medicamentos para el colesterol como las estatinas. Por eso los médicos suelen evitar la combinación, y si la proponen, te vigilan más de cerca que a tu gato cuando huele comida en la cocina.
Las analíticas periódicas no son un capricho del doctor. Sirven para ver cómo responde tu cuerpo al medicamento y descartar cualquier problema a tiempo. Si, como yo, eres algo impaciente con las agujas, piensa que te ahorran más sustos en el futuro. En mi último chequeo, solo fue un pinchazo rápido, y con eso ya sabemos que todo sigue en orden.
No se recomienda el uso de Lopid durante el embarazo ni la lactancia. Estudios en animales mostraron ciertos riesgos, aunque no siempre se repiten exactamente en humanos. Ante la duda, mejor consultar sin vergüenza. Tampoco es la opción ideal si tienes problemas renales o hepáticos severos. En la práctica, el médico evalúa riesgos y beneficios. Y si tienes el síndrome raro de la vesícula biliar o antecedentes de pancreatitis, déjaselo muy claro a tu médico antes de empezar.
Otro punto: el gemfibrozilo puede influir en el metabolismo de ciertos medicamentos. Por ejemplo, puede aumentar el efecto de anticoagulantes como la warfarina. Si tomas varios medicamentos, lleva una lista a tu médico y pregunta siempre antes de tomar algo nuevo, incluso si es natural o de herbolario. A veces, una simple infusión puede alterar el efecto de los fármacos de receta; cuidado si eres adicto a los remedios de la abuela.
Mucha gente pregunta si Lopid engorda. No hay relación directa. Si el colesterol baja y tú sigues cuidando la dieta, el cuerpo lo nota, y puedes bajar algún kilo. Casi todos los usuarios notan menos cansancio en el día a día, quizá porque la circulación mejora. Y, dejando de lado los números, esa sensación de “estoy en control” no tiene precio.
- Dolor de cabeza ocasional: leve y pasajero
- Dolor muscular: rara vez se complica
- Alteraciones digestivas: frecuentes los primeros días
- Alteraciones en las enzimas hepáticas: controlar con análisis
- Interacción con medicamentos anticoagulantes
- No usar en embarazo o lactancia sin consulta médica
¿Y los análisis? Al menos cada tres o seis meses, según tu caso y lo bien que te portes. Así el médico puede ajustar la dosis o cambiar el enfoque si hace falta. No ignores esas citas, que luego los sustos son peores.

Consejos para sacarle el máximo partido a Lopid
Nadie quiere depender de medicamentos, pero si Lopid entra en tu vida, más vale hacerlo con todas las cartas sobre la mesa. El truco principal es combinarlo con hábitos saludables. Yo pensé que bastaría con la pastilla, pero fue al sumar algunos cambios en casa, como comer menos fritos y caminar media hora diaria con Cecilia, cuando de verdad vi resultados. No necesitas convertirte en chef de ensaladas ni runner profesional; pequeños pasos diarios cuentan más de lo que crees.
Apunta estos consejos de utilidad si empiezas a tomar Lopid:
- Acompaña la dosis con un vaso grande de agua para facilitar la absorción y evitar molestias gastrointestinales.
- No tomes alcohol en exceso. Una copa de vino de vez en cuando está bien, pero evitar las borracheras ayuda a proteger tu hígado.
- Haz una lista de todos los medicamentos y suplementos que tomas. Llévala siempre que vayas al médico para evitar interacciones.
- Comparte tus hábitos y síntomas con tu familia. Así, si tienes alguna reacción rara, alguien estará pendiente y sabrá qué hacer.
- Mantén tus citas para análisis de sangre. Cada resultado puede ser clave para ajustar la dosis o prevenir efectos secundarios serios.
- Guarda las cajas de Lopid lejos del alcance de niños y mascotas, aunque el envase parezca inocente.
- Respeta las horas indicadas para las tomas. Un despiste puede quitarnos el efecto esperado.
- No incrementes ni reduzcas la dosis por tu cuenta. Siempre consulta antes que inventar.
- Si tienes dudas o nuevas molestias, explica lo que sientes en tu consulta. Decir 'me da vergüenza' solo aplaza soluciones.
- Mira el colesterol como una inversión a largo plazo. Si te parece aburrido, piensa que cada mejora te aleja de problemas mayores.
Un estudio publicado por la Sociedad Española de Cardiología en 2023 reveló que hasta el 26% de los pacientes dejan su tratamiento antes del primer año. Casi siempre es por flojera, olvido o por pensar que ya están bien. Error monumental. El colesterol se porta bien sólo cuando sigues las reglas, como un coche que requiere su mantenimiento o acaba en el taller. No te fíes si te sientes mejor y dejas la medicación sin supervisión: los síntomas de colesterol alto son expertos en esconderse hasta que ya hay problema serio.
¿Vale la pena insistir con la dieta y el ejercicio? Por supuesto. Gemfibrozilo puede hacer mucho, pero si tu desayuno favorito son los churros a diario y el sofá es tu mejor amigo, ni el mejor medicamento te salvará. Yo no renuncié a todo, pero cambié hábitos puntuales. Menos comida ultraprocesada, más fruta de temporada y alguna caminata con buen podcast en el móvil. Las cifras mejoran, el cuerpo responde, y la cabeza está más tranquila. Eso, créeme, no lo cambio por nada.
Para terminar con un dato útil: en los 40 años de uso mundial de gemfibrozilo, los eventos adversos graves han sido escasos y la mayoría de la gente consigue convivir con el tratamiento perfectamente. Salvo raras excepciones, la clave está en el seguimiento médico y la constancia. Si tienes dudas específicas, apúntalas y consúltalas con tu médico en la próxima revisión. No hay pregunta tonta cuando se trata de salud.
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